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En un giro inesperado, la sede central del Partido Popular (Génova) ha emitido un comunicado contundente desvinculándose de la reciente imputación del exministro Cristóbal Montoro. La dirección del PP, liderada por Alberto Núñez Feijóo, ha optado por una estrategia de defensa a toda costa, argumentando que la responsabilidad recae sobre el propio Feijóo y su equipo de gestión.

“Alberto Núñez Feijóo responderá por su equipo”, declararon fuentes internas del partido, dejando claro que no asumen ninguna responsabilidad directa en los hechos que han motivado la imputación. Esta declaración marca una ruptura con la tradicional postura de defensa a capa y espada de sus exmiembros, y sugiere una estrategia más enfocada en proteger la imagen del actual líder del partido.

La imputación de Montoro, relacionada con presuntas irregularidades en la gestión de fondos públicos durante su etapa como ministro de Hacienda, ha sacudido al Partido Popular. La dirección del PP ha intentado minimizar el impacto de esta situación, insistiendo en que se trata de un caso aislado y que no afecta a la integridad del partido en su conjunto.

Sin embargo, la controversia se agrava al conocerse que el PSOE ha aprovechado este momento para intensificar sus ataques contra el PP, acusándolo de corrupción y de falta de transparencia. La dirección del PP ha respondido a estas acusaciones con dureza, denunciando lo que consideran una estrategia del PSOE por “intentar empatar” con este caso las diferentes tramas de corrupción que afectan al partido socialista.

“El PSOE está desesperado por desviar la atención de sus propios problemas y está utilizando este caso para intentar dañar la imagen del PP”, afirmaron desde Génova. La tensión entre ambos partidos se ha intensificado en las últimas semanas, y la imputación de Montoro ha servido como catalizador para una escalada de acusaciones y contraacusaciones.

La estrategia del PP de responsabilizar a Feijóo y su equipo por la imputación de Montoro ha generado debate entre los analistas políticos. Algunos consideran que es una decisión arriesgada, ya que podría implicar a Feijóo en posibles irregularidades. Otros, en cambio, argumentan que es una jugada inteligente para proteger al partido de una posible crisis de credibilidad.

Independientemente de la estrategia elegida, lo cierto es que la imputación de Montoro ha abierto una nueva fase en la política española, marcada por la polarización y la desconfianza. El futuro del PP dependerá de su capacidad para gestionar esta crisis y para recuperar la confianza de los ciudadanos.

La situación legal de Cristóbal Montoro sigue en curso, y las próximas semanas serán cruciales para determinar el alcance de su responsabilidad y el impacto que tendrá en el Partido Popular. Mientras tanto, la dirección del PP se mantiene firme en su defensa de Feijóo y en su acusación al PSOE de oportunismo político.