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El Papa Francisco, a pesar de su reciente estado de salud delicado, ofreció un poderoso mensaje de esperanza y llamado a la paz mundial durante la celebración de Pascua. Su presencia física en la Plaza de San Pedro, un gesto de fortaleza y compromiso, resonó en millones de católicos alrededor del mundo. Este año, su mensaje se centró en la necesidad urgente de libertad religiosa y la búsqueda incansable de la paz en un mundo marcado por conflictos y divisiones.

**Un Papa que Inspira Resiliencia**

La reciente hospitalización del Sumo Pontífice había generado preocupación en la comunidad internacional. Sin embargo, su decisión de participar en la liturgia de Pascua demostró su inquebrantable dedicación al servicio de la Iglesia y a la humanidad. Su rostro, aunque marcado por la fatiga, irradiaba una profunda serenidad y determinación.

**El Llamado a la Libertad Religiosa**

En su mensaje, el Papa Francisco enfatizó la importancia fundamental de la libertad religiosa como un derecho humano básico. Denunció las persecuciones y discriminaciones que sufren las comunidades religiosas en diversas partes del mundo, instando a los gobiernos y a la sociedad en general a garantizar el respeto y la protección de todas las creencias. “La libertad religiosa es la piedra angular de una sociedad justa y pacífica,” afirmó el Papa, “y debemos defenderla con valentía y determinación.”

**Un Mensaje de Paz en Tiempos Turbulentos**

El Papa también hizo un llamamiento urgente a la paz mundial, especialmente en las zonas de conflicto más graves. Mencionó específicamente Ucrania, la Tierra Santa y otras regiones afectadas por la guerra y la violencia. Su mensaje fue un recordatorio de que la paz no es simplemente la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia, reconciliación y solidaridad.