Alerta en el Océano: Contaminación Marina, Amenaza Invisible para la Biodiversidad y la Salud Chilena

El investigador Jacob Lorenzo advierte sobre un peligro silencioso que acecha en nuestras costas: la contaminación marina. En una entrevista exclusiva, el biólogo marino y experto en microorganismos ha alertado sobre la creciente amenaza que representan los vertidos contaminantes para la biodiversidad de los océanos y, lo que es aún más preocupante, para la salud humana.
Lorenzo, conocido por su trabajo de investigación en ambientes extremos, ha descubierto hallazgos asombrosos y, a la vez, inquietantes. Uno de los ejemplos más impactantes es el de una ameba particular, capaz de infectar el cerebro humano. Esta ameba, que se mueve con una lentitud engañosa, extiende filamentos similares a raíces, utilizando estos para alimentarse del tejido cerebral. Lo verdaderamente alarmante es su capacidad de adaptación: la ameba modula su velocidad de consumo en función del estado del huésped, lo que la convierte en un depredador particularmente eficiente y peligroso.
¿Cómo se relaciona esto con la contaminación marina? La respuesta reside en la proliferación de microorganismos patógenos como esta ameba, favorecida por la presencia de contaminantes en el agua. Los vertidos industriales, las aguas residuales sin tratar y la acumulación de plásticos en el océano crean un caldo de cultivo ideal para la propagación de estos organismos, aumentando el riesgo de exposición para la vida marina y, por extensión, para los seres humanos que consumen productos del mar.
El impacto en la biodiversidad es devastador. La contaminación altera los ecosistemas marinos, destruyendo hábitats y afectando la cadena alimentaria. Especies vulnerables se ven amenazadas por la toxicidad de los contaminantes, mientras que otros organismos, como la ameba mencionada, se benefician de estas condiciones para proliferar.
La salud humana también está en riesgo. El consumo de mariscos contaminados puede provocar enfermedades graves, incluso neurológicas. La exposición a aguas contaminadas durante actividades recreativas, como nadar o surfear, también puede tener consecuencias negativas para la salud.
¿Qué podemos hacer? Lorenzo enfatiza la necesidad urgente de tomar medidas para reducir la contaminación marina. Esto incluye la implementación de políticas más estrictas para controlar los vertidos industriales, la mejora de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, la promoción del consumo responsable de productos del mar y la reducción del uso de plásticos. Además, es fundamental aumentar la conciencia pública sobre los riesgos asociados a la contaminación marina y fomentar la participación ciudadana en la protección de nuestros océanos.
La investigación de Lorenzo nos recuerda que el océano es un ecosistema frágil y vulnerable. Protegerlo es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de gobiernos, empresas y ciudadanos. Ignorar esta amenaza invisible sería poner en riesgo la salud de las personas y la supervivencia de la biodiversidad marina.