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En un emotivo acto de despedida, el féretro del Papa Francisco ha sido recibido en San Pedro, marcado por la austeridad y la emoción de los fieles. El Papa ha sido velado en un sencillo ataúd de madera, forrado con tela, y vestido con una casulla roja, con la mitra papal en la cabeza y los ojos cerrados, mostrando un aspecto sereno. Las manos del Papa están entrelazadas alrededor de un rosario, simbolizando su profunda fe y devoción. Miles de personas se han reunido para rendir homenaje al Papa fallecido, en un acto que combina la tristeza y la celebración de su vida y legado. La Iglesia Católica se une en oración y reflexión, recordando la importancia de la fe, la espiritualidad y la compasión, valores que el Papa Francisco promovió durante su papado. Con su fallecimiento, la comunidad católica mundial se suma al duelo, pero también a la celebración de su vida y obra, que han dejado un impacto duradero en la historia de la humanidad, destacando la importancia de la religión, la espiritualidad y la fe en la sociedad actual.